Literatura que se propaga
Sinopsis:
Como en el ecosistema de un patio, en los poemas de Matías Tejeda, los distintos materiales construyen una identidad íntima. Entre tuscas, sorgos, quebrachos colorados, lapachos, viñas y los tamales de la abuela; entre objetos fragmentados que evocan amores que se transformaron; y entre las tardes y noches de contemplación se escriben poemas que son, nada más y nada menos, formas de establecer diálogos en diferido con otros y otras.
El paisaje que acompaña una vida se vuelve parte de un modo de estar en el mundo. El clima lo seca o lo inunda todo, la tierra agrietada por la sequía o el barro helado y las lluvias con sol que golpean, ruidosas, los techos de chapa se entremezclan con el estado de ánimo. “Nos parecemos a la ciudad / donde vivimos”, dice la poeta santafesina Estela Figueroa y lo mismo parece responder el poeta friense. El paisaje es parte de nosotros y de cómo tramitamos los dolores dulces que trae la nostalgia.
En Patio interno, el poeta enuncia desde su porción de tierra y arma en él su pequeño museo de naturaleza, objetos y vínculos que lo definen. Y, como un preciso artesano de las palabras, muestra lo bello abriéndose paso entre la presencia y la ausencia, entre la esperanza y el recuerdo, entre el amor y el desamor. En fin: entre la maleza y la deforestación.
Inés Kreplak
Pág: 72
ISBN 978-631-00-1720-4
Sinopsis:
Como en el ecosistema de un patio, en los poemas de Matías Tejeda, los distintos materiales construyen una identidad íntima. Entre tuscas, sorgos, quebrachos colorados, lapachos, viñas y los tamales de la abuela; entre objetos fragmentados que evocan amores que se transformaron; y entre las tardes y noches de contemplación se escriben poemas que son, nada más y nada menos, formas de establecer diálogos en diferido con otros y otras.
El paisaje que acompaña una vida se vuelve parte de un modo de estar en el mundo. El clima lo seca o lo inunda todo, la tierra agrietada por la sequía o el barro helado y las lluvias con sol que golpean, ruidosas, los techos de chapa se entremezclan con el estado de ánimo. “Nos parecemos a la ciudad / donde vivimos”, dice la poeta santafesina Estela Figueroa y lo mismo parece responder el poeta friense. El paisaje es parte de nosotros y de cómo tramitamos los dolores dulces que trae la nostalgia.
En Patio interno, el poeta enuncia desde su porción de tierra y arma en él su pequeño museo de naturaleza, objetos y vínculos que lo definen. Y, como un preciso artesano de las palabras, muestra lo bello abriéndose paso entre la presencia y la ausencia, entre la esperanza y el recuerdo, entre el amor y el desamor. En fin: entre la maleza y la deforestación.
Inés Kreplak
Pág: 72
ISBN 978-631-00-1720-4